enero 01, 2016

Mi abrazo de Año Nuevo

Colgado el almanaque. Abierta la agenda. Desplegado el programador anual.
Todos los rituales del inicio de año arrancan hoy. Quizá a paso lento, con estirones sucesivos y un buen bostezo para desaturdirse del ruido de los fuegos artificiales.

Me asomo al balcón. Arriba, el cielo en la esplendidez de esta ciudad amada por su luz. Abajo, la calle silente, la vereda solitaria y en la esquina, un buen número de cajas rotas donde estaban los artilugios de los juegos pirotécnicos. 

En mi cuadra todo permanece aquietado. Y podríamos dejarnos llevar por esa atmósfera, pero sabemos que la paz que sentimos pecho adentro, la vamos a necesitar para insuflarla hacia afuera, para otros... 

El 2016, sí, llegó, y sobrevivimos en esta ciudad de ánimas para recibirlo, esperemos, con los brazos extendidos como quien va en viceversa a estrechar solidaridad, respeto y afecto.

¡Emprendedor año para los viandantes!

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