febrero 15, 2014

Solo falta luz...

Quería dibujar una bandera. Iba a colorearla y solo tenía dos colores. Supongo que porque es mucho el ruego para la paz verdadera y mucha la violencia que nos viene tiñendo. 
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Humanizar la calle, eso quisiera y que ella, la testigo presencial me contará -yo con el corazón fuerte y las tripas apretadas- cuánta fibra ha vertido cada hijo parido por una madre, cuántos miedos se han desvanecido bajo las nubes. Me aterra ponerme en los zapatos marca Converse de los atrapados por botines de hierro. Me aflijo por todas las casas vacías, repletas de tristeza hoy. La empatía duele. Imagino la onda expansiva en esos hogares, ir del pesar a la ira, del terror a la aflicción. Estamos en Caracas, un valle de lágrimas.
Me paso los días pegada a la computadora, no en afán "workaholic", sino en modo ciudadana activa: leyendo, investigando, denunciando, transmitiendo mensajes. Usando el poder de las redes sociales para, desde mi pequeña trinchera virtual, hacer mi parte como venezolana ajustada a ley, creyente en su constitución, libre pensadora y, sobre todo, respetuosa de la justicia.
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Marchar es parte del ejercicio democrático que todo venezolano debe ejercer hoy. Asistir a las asambleas, ir a las concentraciones. Divulgar por medios creativos lo que explota en el país. Ser un agente de cambio para el desenmascaramiento de este régimen funesto. Hoy, más que nunca, no queremos diferenciarnos, deseamos ver con los mismos ojos. Así, poder criticar las paupérrimas condiciones que sufrimos todos los que andamos a pie; en automóvil, en autobús o carrito por puesto; en Metro o en un jeep de ruta troncal. Seamos A, B disminuidos o desmejorados C, tenemos la necesidad de propiciar -desde nuestra ciudadanía- espacios para la concordia, el disenso, el reencuentro.
Creo que no es tiempo de amalgamar por colores. Debemos ensartar voluntades, variopintas y diversas, pero centradas en reconocer que estamos muy mal, que Venezuela no es Caracas, y que en el interior del país, la penuria es capital.

A esta hora son muchas las calles alteradas. La suciedad viste de verde. Un vulgar mostacho es solo parapeto. Yo, por el momento, solo espero equilibrar mis tres franjitas dibujadas, solo falta un color, solo falta luz...

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